Gustos simples

Me gusta el sabor que tiene el huevo cuando se mezcla con la salsa golf
Me gusta sentir las manitos de un niño entre mi cabello
Me gusta el tango, aunque no tenga con quien bailarlo
Me gusta el olor que sale de la cocina de mi casa... cuando está el almuerzo
Me gustan los besos de mis perros, los gritos de mis loros y la lealtad de mi gata exiliada
Me gustan los cantos de mi madre
Me gusta tomar tecito cuando hace con frío con mi papá
Me gustan los besos de mi novio
Me gusta sentir el sol en mi cara
Me gusta la tranquilidad de los domingos
Me gusta fumarme un pucho con una buena amiga
Me gusta cantar hasta el amanecer en una plazuela de mi pueblo con una guitarra y amigos de verdad
Me gusta llorar cuando tengo ganas
Me gusta asustarme y darme cuenta que no tengo por qué
Me gusta descubrir cada día que todo es posible

A vos no

Extraño mi estante lleno de películas
Extraño mi mesa de noche siempre con flores
Extraño mi silla llena de vos
Extraño dormir acompañada
Extraño la magia de tus detalles
Extraño tu despiste que se volvió abandono
Extraño el olor de la cocina cuando la usabas
Extraño tus sandwichitos de huevo
Extraño las risas, las ternuras, la paciencia
Extraño pedazos de nuestras vidas, pero a vos no te extraño.

Ajayu

Si volvemos a mi esencia, habrá que reconocer la cursilería innata que me caracteriza. Habrá que partir de la idea de un amor real, con príncipe y todo.
Si volvemos a mi esencia habrá que recordar el lila en mi alma y los corazones en mis dibujos de niña.
Además, habrá que recordar la indiscutible existencia de animales y seres extraños y sobrenaturales como: unicornios, hadas, duendes, ángeles, entre otros.
Pero la esencia no puede (ni debe) permanecer inmune a la experiencia.