No te salves

jueves, 17 de enero de 2008

No te quedes inmóvil al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca.

No te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer lo párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo.

Pero si pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el jubilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.

M. O. Benedetti

Y se salvó...

La primera vez que lo rechacé, se destrozó mi estómago y el lunar en su oreja se quedó en mis ojos. La primera vez que lo besé, no me gustó tanto, pero las pecas de sus hombros se pegaron en mis manos. La primera vez que me interesó, me sentí tan tonta.

Pero la segunda, casi fue nuestra vez. Su lunar se quedó en mi boca, sus pecas en mis sueños y Benedetti en mi espalda. Su cicatriz se encontró con la mía. Pudo ser nuestra vez. Pero se durmió sin sueño, se pensó sin sangre, se juzgó sin tiempo y se quedó inmóvil…Y yo, no puedo salvarme :)

Lo poco de lila que me queda

Cuando mis besos encuentren un par de labios cansados de esperar como los míos, entonces mi riñón dejará de sentirse solo. Una mano divina me abrazará el costado y secará mis lágrimas, y me dirá por siempre. Puede que no lo crea. Pero también puede que me olvide del escepticismo tétrico que me dejó sin esperanzas… y vuelva a quedarme ciega.

Antes

Antes, cuando era lila me gustaba más. Antes, creía en esa cosa. Esa cosa que mata y destroza. Y la deseaba más que a nada. La imaginaba más dulce que una latita de leche condensada. La imaginaba indiscutiblemente perfecta. Ahora que soy rojo, no quiero conocer nunca esa cosa. Ya se que no es dulce, que no es perfecta, que no es lo que quiero. Aunque Sabina, a veces (sólo a veces) me haga extrañarla.

Lo que yo quiero

jueves, 3 de enero de 2008

Yo no quiero domingos por la tarde, yo no quiero columpio en el jardin, lo que yo quiero, corazón cobarde, es que mueras por mí.Y morirme contigo si te matas y matarme contigo si te mueres porque el amor cuando no muere mata, porque amores que matan nunca mueren.

Joaquín Sabina (Contigo)

 
by Templates para novo blogger 2007